¿Para qué le sirve la filosofía a la ciencia?
Parte de la
comunidad científica considera que la filosofía no puede aportar nada útil a la
ciencia. La filósofa de la biología Subrena Smith describe en el artículo «Por qué la filosofía es tan importante para la educación científica» que esa es
precisamente la actitud que encuentra en una importante proporción de su
alumnado universitario. Smith postula cuatro posibles razones para este
rechazo: la falta de conciencia histórica; el hecho de que la filosofía, a
diferencia de la ciencia, no aporte resultados tangibles inmediatos; el deseo
de que la educación científica se base solo en hechos; y la idea de que la
ciencia es y debe de ser objetiva, por lo que abordarla desde un conjunto de
supuestos previos introduciría sesgos en sus resultados. Sin embargo, como
afirma Daniel Dennett, «no existe la ciencia desprovista de filosofía, solo ciencia
que asume supuestos filosóficos sin reflexión»[1],
es decir, todo el mundo parte de una visión previa.
Por lo tanto, si
esos antecedentes son innegables, evaluarlos no solo es recomendable, sino
necesario. Pigliucci (2008) afirma que la filosofía de la ciencia se ocupa de
tres campos de estudio: su naturaleza, el análisis de sus métodos y conceptos y
su análisis crítico. Esta revisión de las bases, del funcionamiento y de las
implicaciones de la actividad científica contribuye al desarrollo de la ciencia
y, además, facilita la compresión de la ciencia a la ciudadanía.
En esta línea,
Laplane et al. (2019) proponen cuatro ámbitos en los que la filosofía de
la ciencia puede contribuir a su ejercicio: la clarificación de conceptos
científicos, la evaluación crítica de las asunciones o métodos científicos, la
formulación de nuevos conceptos y teorías y el fomento del diálogo entre
distintas ciencias, así como entre la ciencia y la sociedad. Por ejemplo, aclarar
el significado de un concepto científico ayuda a interpretar sus implicaciones
en una disciplina o puede abrir vías a nuevas investigaciones; del mismo modo,
la evaluación de los métodos permite desecharlos, validarlos o mejorarlos, lo
que redundará en beneficio de la actividad científica.
Tanto Pigliucci
como Laplane et al. defienden la necesidad de que ciencia y filosofía
cooperen, fomentado un enfoque interdisciplinar que, además de facilitar el
avance de la investigación científica, reflexione sobre su significado y sus
implicaciones para las distintas disciplinas y para la sociedad.
Referencias
Laplane, L. et
al. (2019) «Why science needs philosophy».
Pigliucci, M. (2008) «The Borderlands between Science and Philosophy: An Introduction». The
Quarterly Review of Biology. 83(1): 7-14
Smith, S.
E. (2017) «Why philosophy is so important in science education». Aeon.
[1] «There
is no such thing as philosophy-free science; there is only science whose
philosophical baggage is taken on board without examination» (Darwin’s
Dangerous Idea, 1995, traducción propia).
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