sábado, 5 de diciembre de 2020

Epistemología y cultura científica. Tarea 4b.

Escribir un breve comentario (1/2 páginas) argumentando vuestra opinión acerca de las siguientes equiparaciones entrelazadas: «Incremento de la cultura científica entendida como alfabetización = incremento de la actitud positiva hacia la ciencia» y «Actitud negativa hacia la ciencia = falta de cultura científica entendida como ignorancia».

 

Buena parte de las iniciativas de promoción de la alfabetización científica de la ciudadanía iniciadas en la década de los ochenta se basa en esta idea de que el aumento de los conocimientos científicos llevará a una mejora de la actitud hacia la ciencia, lo que a su vez redundará en un mayor apoyo de la sociedad a la inversión en ciencia y una mayor aceptación de los desarrollos científicos y tecnológicos. Y a la inversa, se considera que la predisposición negativa hacia la ciencia está vinculada a la falta de cultura científica.

La cuestión es si estas asunciones son certeras o no. Aunque intuitivamente podemos pensar que sí, que conocer algo lleva a apreciarlo y que el desconocimiento genera rechazo por vía del miedo, ya que estamos hablando de ciencia, cabría esperar que buscáramos estas respuestas también en la ciencia, en este caso en ciencias sociales como la psicología y la sociología.

Carezco de los conocimientos para tener una postura fundada, aunque intuyo que nuestras creencias y actitudes no son el resultado de relaciones lineales simples como las que sugieren los postulados del enunciado. A este respecto, la psicología nos habla de fenómenos como la disonancia cognitiva y los sesgos: si lo que creemos no encaja con lo que muestran los hechos, buscamos mecanismos para que la realidad se adapte a nuestra visión del mundo, seleccionamos argumentos que la confirman y rechazamos los demás.

Podemos pensar en el ejemplo de la vacunación. Atribuimos el rechazo a las vacunas a la ignorancia o a la falta de educación científica, pero hay datos que ponen en entredicho esta asunción. Según el Ministerio de Sanidad, en la campaña de vacunación de la gripe 2018-2019 se alcanzó una tasa de vacunación del 54,3 % entre las personas mayores de 65 años; en cambio, solo se vacunó el 35,0 % del personal sanitario. El personal sanitario tiene un alto grado de formación científica —en concreto, en el área de la salud—, sin embargo, desoye más las recomendaciones sanitarias y se vacuna menos que la población mayor de 65 años.

Siguiendo con las vacunas, la última encuesta del CIS indica que solo un 32,5 % de la población española se pondría inmediatamente las nuevas vacunas para la covid-19 y hay quien considera que ese bajo porcentaje se debe a la falta de conocimientos científicos de la población. Sin embargo, las tasas de vacunación generales en España son muy altas, superiores al 90 %. Dado que la alfabetización científica de la población no ha cambiado de un día para otro, ha de haber algún elemento diferenciador: la novedad de las vacunas para la covid-19. 

Se podría pensar que unos buenos conocimientos científicos llevarían a entender las fases de los ensayos clínicos y la función de los organismos de control, con la consiguiente asunción de que garantizan la seguridad y eficacia de la vacuna. También podemos argumentar que precisamente el aumento de la comprensión del método científico o de cómo funciona la investigación científica en la actualidad nos puede hacer ver sus fallos y generar una postura más o menos crítica. Quizás en este caso la cuestión se reduzca, no a la cultura científica de la población, si no a la confianza en las instituciones o la desconfianza que pueda haber generado una mala comunicación. O a que con las vacunas está sucediendo lo mismo que con otras tantas cosas durante la pandemia: se percibe más polarización política que argumentos científicos, parece que pesa más la necesidad de identificarnos con lo que piensan personas afines. O incluso puede que todo se deba a un problema de método, como han señalado algunas personas dedicadas a la divulgación en las redes sociales, entre ellas la cuenta @gemagoldie, y que los resultados de la encuesta del CIS no tengan tanto que ver con la actitud de la población española hacia la ciencia o las vacunas como con la redacción de la pregunta.

En conclusión, creo que identificar el nivel de conocimientos científicos con una actitud positiva o negativa hacia la ciencia es demasiado simplista y obvia muchos aspectos que influyen en lo que pensamos. Sí me parece claro que cuanta más información tengamos sobre un tema, más herramientas tendremos para formarnos una opinión y tener un criterio; por tanto, siempre será deseable mejorar la cultura en general y los conocimientos científicos en particular. Pero hay otros muchos factores que influyen en nuestras ideas y no podemos pasarlos por alto. Por terminar con el mismo tema de las vacunas para la covid-19: si asumimos que la aceptación de las vacunas es indicio de una actitud positiva hacia la ciencia y que esa actitud depende del nivel de alfabetización científica, dos personas con la misma alfabetización científica deberían mostrar la misma predisposición a vacunarse. Sin embargo, a igualdad de conocimientos científicos, ¿tendrán la misma predisposición a ponerse la vacuna dos personas cuyo contexto socioeconómico y circunstancias personales sean diferentes o que vivan en países distintos, con distintos sistemas sanitarios, distintas incidencias de otras enfermedades infecciosas o distintos niveles de transparencia de las instituciones políticas?


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