Escribir un breve comentario (1/2 páginas) argumentando vuestra opinión acerca de las siguientes equiparaciones entrelazadas: «Incremento de la cultura científica entendida como alfabetización = incremento de la actitud positiva hacia la ciencia» y «Actitud negativa hacia la ciencia = falta de cultura científica entendida como ignorancia».
Buena parte de
las iniciativas de promoción de la alfabetización científica de la ciudadanía
iniciadas en la década de los ochenta se basa en esta idea de que el aumento
de los conocimientos científicos llevará a una mejora de la actitud hacia la
ciencia, lo que a su vez redundará en un mayor apoyo de la sociedad a la
inversión en ciencia y una mayor aceptación de los desarrollos científicos y
tecnológicos. Y a la inversa, se considera que la predisposición negativa hacia
la ciencia está vinculada a la falta de cultura científica.
La cuestión es si
estas asunciones son certeras o no. Aunque intuitivamente podemos pensar que
sí, que conocer algo lleva a apreciarlo y que el desconocimiento genera rechazo
por vía del miedo, ya que estamos hablando de ciencia, cabría esperar que
buscáramos estas respuestas también en la ciencia, en este caso en ciencias
sociales como la psicología y la sociología.
Carezco de los
conocimientos para tener una postura fundada, aunque intuyo que nuestras
creencias y actitudes no son el resultado de relaciones lineales simples como
las que sugieren los postulados del enunciado. A este respecto, la psicología
nos habla de fenómenos como la disonancia cognitiva y los sesgos: si lo que
creemos no encaja con lo que muestran los hechos, buscamos mecanismos para que
la realidad se adapte a nuestra visión del mundo, seleccionamos argumentos que
la confirman y rechazamos los demás.
Podemos pensar
en el ejemplo de la vacunación. Atribuimos el rechazo a las vacunas a la
ignorancia o a la falta de educación científica, pero hay datos que ponen en
entredicho esta asunción. Según el Ministerio de Sanidad, en la campaña de
vacunación de la gripe 2018-2019 se alcanzó una tasa de vacunación del
54,3 % entre las personas mayores de 65 años; en cambio, solo se vacunó el
35,0 % del personal sanitario. El personal sanitario tiene un alto grado
de formación científica —en concreto, en el área de la salud—, sin embargo,
desoye más las recomendaciones sanitarias y se vacuna menos que la población
mayor de 65 años.
Siguiendo con
las vacunas, la última encuesta del CIS indica que solo un 32,5 % de la población española se
pondría inmediatamente las nuevas vacunas para la covid-19 y hay quien
considera que ese bajo porcentaje se debe a la falta de conocimientos
científicos de la población. Sin embargo, las tasas de vacunación generales en
España son muy altas, superiores al 90 %. Dado que la alfabetización
científica de la población no ha cambiado de un día para otro, ha de haber algún
elemento diferenciador: la novedad de las vacunas para la covid-19.
Se podría
pensar que unos buenos conocimientos científicos llevarían a entender las fases
de los ensayos clínicos y la función de los organismos de control, con la
consiguiente asunción de que garantizan la seguridad y eficacia de la
vacuna. También podemos argumentar que precisamente el aumento de la
comprensión del método científico o de cómo funciona la investigación
científica en la actualidad nos puede hacer ver sus fallos y generar una
postura más o menos crítica. Quizás en este caso la cuestión se reduzca, no a
la cultura científica de la población, si no a la confianza en las
instituciones o la desconfianza que pueda haber generado una mala comunicación.
O a que con las vacunas está sucediendo lo mismo que con otras tantas cosas
durante la pandemia: se percibe más polarización política que argumentos
científicos, parece que pesa más la necesidad de identificarnos con lo que
piensan personas afines. O incluso puede que todo se deba a un problema de
método, como han señalado algunas personas dedicadas a la divulgación en las
redes sociales, entre ellas la cuenta @gemagoldie, y que los resultados de la encuesta
del CIS no tengan tanto que ver con la actitud de la población española hacia
la ciencia o las vacunas como con la redacción de la pregunta.
En conclusión,
creo que identificar el nivel de conocimientos científicos con una actitud
positiva o negativa hacia la ciencia es demasiado simplista y obvia muchos
aspectos que influyen en lo que pensamos. Sí me parece claro que cuanta más
información tengamos sobre un tema, más herramientas tendremos para formarnos
una opinión y tener un criterio; por tanto, siempre será deseable mejorar la
cultura en general y los conocimientos científicos en particular. Pero hay
otros muchos factores que influyen en nuestras ideas y no podemos pasarlos por
alto. Por terminar con el mismo tema de las vacunas para la covid-19: si
asumimos que la aceptación de las vacunas es indicio de una actitud positiva
hacia la ciencia y que esa actitud depende del nivel de alfabetización científica, dos personas con la misma alfabetización científica deberían
mostrar la misma predisposición a vacunarse. Sin embargo, a igualdad de
conocimientos científicos, ¿tendrán la misma predisposición a ponerse la vacuna
dos personas cuyo contexto socioeconómico y circunstancias personales sean
diferentes o que vivan en países distintos, con distintos sistemas sanitarios,
distintas incidencias de otras enfermedades infecciosas o distintos niveles de
transparencia de las instituciones políticas?
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