Explicar si crees que el texto de Sober te ayuda a entender y poder adoptar una posición más fundada ante problemáticas sociales y éticas que se nos presentan en la actualidad ante el avance de las ciencias biomédicas. O si por el contrario crees que no es necesario y basta una idea más vaga o intuitiva para tomar partido. Si opinas que sí es de utilidad en este caso, ¿te parece algo similar sería igualmente útil en otros casos (conceptos o resultados científicos) que conllevan controversias públicas y, sobre todo, que demandan tomar alguna decisión por parte de las administraciones públicas?
Sí, el texto de
Sober me ha ayudado bastante a comprender varias nociones genéticas y a
formarme un criterio más fundado. Me parece interesante que no se quede solo en
describir la función de los genes y la relación entre genotipo, fenotipo y
entorno, sino que dé un paso más para establecer distinciones conceptuales entre
pares de términos que intuitivamente usamos como sinónimos —«genético» y
«biológico» o «hereditario» y «genético»— y explicar claramente las
implicaciones de esas diferencias. Conocer estas bases resulta fundamental para
interpretar un avance científico y no hacer inferencias erróneas.
En el caso de la
diferencia entre «genético» y «biológico», me ha resultado muy clarificador el
ejemplo sobre el trabajo de LeVay: el hecho de que su estudio revelara
diferencias biológicas en el cerebro de personas de distinta orientación sexual
no quiere decir que esa diferencia sea genética. Es decir, si no entendemos
bien los conceptos básicos, podemos sacar conclusiones erróneas.
Asimismo, es
pertinente la distinción entre «hereditario» y «genético». Los genes son un
mecanismo de la herencia, pero no el único. Los padres también legan a sus
hijos el entorno en el que viven o su dinero. Sabemos que el fenotipo es una
expresión del genotipo en la que media el entorno, así que esos otros
mecanismos de la herencia también desempeñan su función. Obviar esta pluralidad
nos llevaría de nuevo a hacer inferencias equivocadas o parciales.
El texto recurre
a varias preguntas sobre la contribución de los genes a los rasgos fenotípicos
para establecer varios principios relacionados con la causalidad genética, como
que un gen puede contribuir a un rasgo sin que su presencia signifique una
condición necesaria o suficiente para que se manifieste dicho rasgo. Además,
esas cuestiones también abordan problemas de procedimiento y señalan que no es
posible sacar conclusiones veraces a través de métodos de análisis que no son
adecuados al objeto de estudio, como en el caso del uso de análisis de varianza
para intentar atribuir un origen genético a las diferencias de coeficiente
intelectual entre grupos raciales.
El repaso de
todas estas cuestiones es útil para saber realmente de qué estamos hablando y
qué supone, lo que es de gran ayuda para tener una idea más fundada de un tema.
No cabe duda de que es habitual tener opiniones o incluso tomar partido en materia
de avances biomédicos sin conocer el trasfondo científico de esos estudios ni
haber reflexionado sobre su significado, aunque a esa postura le va a faltar la
base conceptual y se va a derivar de consideraciones de otra naturaleza. Yo misma tenía una idea muy clara de rechazo frontal al determinismo
genético basada, no en que no existan pruebas científicas que lo respalden,
sino en planteamientos éticos. Ese determinismo se ha usado a lo largo de la
historia para justificar todo tipo de abominaciones, desde la esclavitud a la
supremacía de la raza aria pasando por la discriminación de la mujer o de
ciertas clases sociales debido a su supuesta inferioridad natural, y se ha
abordado desde múltiples campos, como la literatura naturalista del siglo XIX,
con toda su carga de crítica social. Con esos mimbres, no es difícil oponerse a
la idea visceralmente. Sin embargo, el texto de Sober me ha dado bastante que
pensar hasta llegar a la conclusión de que es esencial ir primero a la base,
entender el fundamento científico, pero también los conceptos y sus
implicaciones, antes de examinar el plano ético u otros aspectos.
Creo que sí
sería de utilidad usar este planteamiento en otras cuestiones que puedan
suscitar controversia como, por ejemplo, la inteligencia artificial. De lo
contrario, cabe la posibilidad de que interpretemos erróneamente lo que supone
la tecnología y asumamos una postura concreta por una simple malinterpretación.
O que estemos debatiendo sobre posibles consecuencias inexistentes o inviables
y obviando otras implicaciones relevantes.
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